... habitual (XII).
Capítulo 12.
El espacio de la ducha era demasiado reducido para poder manejar la situación con la suficiente libertad de movimientos. Hanna era consciente de que se había metido en la boca del lobo. En su cabeza trataba de encontrar la manera de revertir la situación para devolverla a una calma controlada que ella pudiera conducir, pero mientras tanto soportaba los manotazos de él sin apenas inmutarse. No quería animarle a pensar que aquello la excitaba, que disfrutaba de los azotes y, aún menos, darle pie a que aumentara la intensidad de su interacción. La marca de su mano ya era visible en su glúteo, pero él continuaba con la azotaina y los apretones. Sus dedos eran látigos mojados sobre su piel y hasta el sonido recordaba al de una fusta castigando el lomo de un caballo.
Él la abarcaba desde un costado sobándole el pecho con una mano y hostigando incansable su trasero con la otra mientras se frotaba la entrepierna contra su cadera. Hanna subió la alcachofa con cuidado hasta pasarse el agua sobre el hombro y en un giro rápido de muñeca le lanzó un chorro hacia la cara haciendo que su mano reculara para secarse los ojos en lugar de estamparse de nuevo en sus irritadas posaderas. Se cambió de mano el mango como un cantante con un micrófono y le agarró la polla con todo lo que su palma podía abarcarle poniéndose de nuevo de cara hacia él, mirándole de frente. Estiró el brazo hacia la columna de la ducha para ensamblar el cabezal en su enganche sin aflojar el amarre al que le tenía sometido y empezó a descender lentamente hacia el suelo hasta situar su cara justo delante de su pene. Se inclinó y agarró un bote de gel de ducha. Liberó su polla que saltó como un resorte, se echó un buen chorro de jabón en la mano y la volvió a agarrar a la vez que se erguía desde el suelo, pero él le plantó la mano sobre el hombro y la empujó de nuevo hacia abajo para mantenerla en cuclillas. Aquello era una lucha de poder en la que él se movía como pez en el agua.
En el hilo sonaban Travis Birds & Club del río
Un buen capítulo donde de de momento ambos están en una lucha por el poder sexual.
ResponderEliminarAunque creo que los dos son ganadores en beneficio del placer.
Un saludo.
Hay personas a las que la dominación, ya sea por acción o por sumisión, les causa un placer más allá de lo meramente físico.
EliminarMuchas gracias!