... nudista (IX).
Capítulo 9.
Notó una cierta acuosidad. Era obvio que él llevaba tiempo deseando ese contacto. Volvió a hacer todo el recorrido pasando la mano desde la base del pene, rozando sus genitales con dos dedos y subiendo hasta el vértice de nuevo. La tensión en su miembro era tan fuerte que se le escapaba de la mano cada vez que lo traía hacia abajo rebotando como un resorte contra su abdomen. Se retiró el sombrero de la cara para tener una mejor visión de todo y lo situó cubriendo discretamente bajo su ombligo donde los dedos de él ya no estaban al trabajo de extender la crema, sino al de impregnarse de los fluidos que lubricaban su vagina.
Él manoseaba su pecho con amplios movimientos en círculo desde sus costillas, atrapando uno de sus pezones entre la comisura de sus dedos. Cada pasada con la que fingía seguir aplicando el protector por su cuerpo sensibilizaba más sus terminaciones, exaltaba sus perfiles, aumentaba la temperatura de ambos. Con la otra mano, escondida bajo el sombrero que ella sostenía, separaba sus labios mayores con dos dedos y recorría de arriba a abajo la entrada de su vagina exponiendo su clítoris que palpitaba con cada roce por sus cercanías. Estaban entregados el uno al otro y ya no podían poner freno a toda esa energía.
En el hilo sonaba - Izal
Bueno, por fin ... Jajajá, y van entrando en calor y mucho, vamos a ver si culminan como es de desear jajaj.
ResponderEliminarA veces lo mejor del destino es el viaje. ;)
EliminarMuchas gracias!