La playa

... nudista (VII).


Capítulo 7.

Como ella permanecía inmóvil con la cabeza girada hacia el lado contrario en el que él se encontraba arrodillado se aventuró a erguirse un poco desde su posición para alcanzar a dispersar la crema sobrante por la parte baja de sus piernas. En aquella pose, apoyado sólo en su rodilla izquierda mientras equilibraba con su pierna derecha hacia atrás lo que sus brazos avanzaban por ella, su pene quedó liberado de la contención y cuando sus manos alcanzaron sus tobillos no pudo evitar el roce del glande con el lateral de su glúteo derecho.

Se quedó inmóvil como el que provoca un estruendo involuntario al entrar en casa en mitad de la noche esperando que el ruido no despierte a nadie, pero ella giró el cuello y se encontró su empinamiento casi en primer plano. Él recogió rápidamente su postura un poco avergonzado y se encogió de hombros poniendo una mueca ocurrente. Ella le devolvió de nuevo su sonrisa divertida y de un solo movimiento se dio la vuelta completamente para tumbarse boca arriba. Recogió el bote de crema, se lo ofreció y con un ojo guiñado por el efecto del sol le hizo un gesto para que continuara su labor esta vez por su parte frontal. Tomó su sombrero de yute con un lazo estampado y se recostó por completo a la espera de que él terminara con el servicio.


En el hilo sonaba - Ben Howard

2 comentarios:

  1. Buenos días, se lo está tomando con tranquilidad, a estas alturas ella estoy segura que se habrá dado cuenta del efecto que cesta causando ese contacto crema manos...
    Un abrazo , feliz domingo.

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    1. Lo están viendo incluso desde los barcos anclados en la bahía de esa playa.
      Muchas gracias!

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